Epilepsia palabra agría y desconocida,
que te volviste el pan de cada día.
Por la puerta de atrás entraste sin permiso,
dejándonos el alma encogida y el rostro torcido.
Primavera mustia de verdes rebrotes,
ignorancia de una enfermedad que pocos conocen.
Poco a poco nos fuimos adaptando,
con nuestro niño en brazos más fuerte luchando.
De aquella primavera hace ya muchos años,
de inquietud, de vigilias,
de espasmos y llantos.
Pero cada primavera nos hace más fuertes,
llenándose de anécdotas, de risas, de verdes.
Y de aquel junio al que me siento unido,
nos regaló dorado y puro a nuestro hijo.
Padre de Jesús
24/05/2020
24/05/2020
