En un pequeño pueblo
allá en la serranía,
tengo unos buenos amigos
a los que recuerdo cada día.
Uno de ellos, Rafa.
Al sureste en Bornos,
vive Miguel, en una pedanía
donde viven y sufren cada día.
Sus familias son divinas,
trabajo de noche y de día,
siempre con la alerta puesta
para cuando llega esa pesadilla.
Desde aquí quiero mandar
a ellos mi alegría.
Disfrutad de estas fiestas
que tan vuestras como mía.
padre de Jesús

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