Sobre una gran montaña,
se deslumbra su espectacular armonía,
cuando la noche cae,
y desaparece el día.
Y empieza la mañana fría,
sobre las hierbas seca.
De esa humedad ya caída,
se reflejan los rayos de sol.
Sobre lo alto de la colina,
los animales corren y saltan.
Ya amanecido un nuevo día,
felices están todos ellos.
Con decisión y armonía,
esperando de nuevo la noche.
Para vivir otro nuevo día,
son felices cada hora que cumplen cada día.
Padre de Jesús
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