Esto que escribo hoy en día,
es un homenaje.
Doy a esta gente que es la mía,
los que sufren esta enfermedad.
Que tienen nuestros niños,
en esas bonitas cabezas.
Cuando ellos convulsionan
cayendo sobre esta triste tierra.
En su cabeza llevan todos ellos,
aparece y le dan cada día.
Ellos son los que sufren,
el desarraigo de esta su vida.
Perdiendo toda clase de ilusión,
en esta larga vida cruel y dura .
Que la sociedad no comprenda,
es encadenar a ellos en esta tortura
padre de Jesús
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