domingo, 13 de marzo de 2016

Ángel de vida



Tú que te has marchado
a esa vida que es eterna.
Tu dulzura y alegría,
tu respuesta siempre tierna.

Te marchaste y nos dejaste
 una lección por herencia.
Dar cariño y amor
a veces hasta quien no merezca.

En tu soledad acompañada
no protestantes por nada.
Te mantuviste siempre firme
 entre la pared y la espada.

Desde estas letras sin tinta
te escribo desde mi alma.
Desde el feliz recuerdo
hasta el vacío en calma. 

El corazón nos lo has roto,
los cachitos te llevaste alada.
Tu nobleza fue divina,
desde arriba te reclaman.

Aquí quedamos en tierra,
y tu recuerdo desalma.
Los ecos de tus palabras,
resuenan como campanas.

Contando historias de guerra,
contando historias de hadas.
Quedaste en nuestra memoria.
Hasta siempre. Siempre amada.

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