lunes, 10 de junio de 2013

deseperados y helados en una noche fria





Desesperados y helados en unas  noches frías.

En la noche oscura y fría
en aquellos años de invierno
se perfilaba en la comisura de los labios
 que al mismo tiempo la soledad y silencio


donde todo era oscuridad y frío
donde todos nos conocíamos
en las calles poca luz alumbraba
aquellos momentos de silencio


caída la madrugada y saliendo el lucero
con sus aguas ya endurecidas
de las que se deslizaban por el tejado
quedando unos garrotes largos colgados


largos y duros eran esos garrotes
los partíamos del tejado
y con ellos hacíamos una espada
 con la que ella alegre jugábamos

padre de Jesús
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