Y la naturaleza ganó

Estrechos lazos familiares,

antaño uno vivía,

entre trabajo y escuela

mayor obligación no había.

 Trabajar a uno le mandaban,

aunque tiempo no se tenía.

Deber de todos, en familia,

para poder conseguir la comida.

Él sin sentido del niño espantapájaros,
que entre el trigo corría,
dando gritos y alaridos,
para privar a las aves de su alegría.

Tantas carreras en vano,
tanto tiempo perdido,
pues la naturaleza sigue su curso,
y ahora el gorrión ya ha comido.

Padre de jesús

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