Miseria de la vida,
en ello no hemos convertido.
Las palabras no valen nada,
los sentimientos extinguidos.
Día a día perdemos la felicidad,
la separación es un abismo.
No reconocemos a la familia,
todo cariño a sido perdido.
Nos controlan como alimañas,
que en el campo han vivido.
Todo sentimiento de fuerza,
nos lo han reducido.
Con sabias palabras,
nos llenan los oídos.
Nos meten en la casa,
y quedamos reprendidos.
Al final perdida la esperanza,
de todo ya quitado.
Perdiendo muchas vidas.
A las que a todos nos han robado.
Padre de Jesús
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