pensando veo cada día
almas nobles en su misión
que acompaña a otras vidas
que no nacieron de su unión
las llevan cogidas de la mano
con pasos lentos y seguros
como si fueran sus propia hijos
en un presente incierto y paro
la acarician el rostro
les regalan su mejor sonrisa
le atiende con ternura
sin prisa y sin sentarse en misa
y a cambio ellos ofrecen risas
un murmullo que no se entiende
solo el deseo simple de vivir
mientras el alma se defiende
mientras la familia tiene su trabajo
ellos mismos los anulan
tejiendo lazos de amor profundo
bajo la luz de cada luna
estas entregan este cuidado
que florece en la amabilidad
es un tesoro de nobleza
que honran a la humanidad
padre de jesus
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