Nuestra vida está cambiando,
las personas ya no se abren con confianza.
Entre unos y otros pierden el tiempo,
y el tiempo une, pero también abraza la tristeza.
Gastan sus horas hablando del desconcierto,
guardando su verdad bien escondida.
No se abren ni a un leve sentimiento,
todo lo guardan dentro, en calma fingida.
Ya nadie piensa en el remedio,
todos se creen sabios con alegría.
Pero no todo trabajo es verdadero,
ni todo esfuerzo trae armonía.
Porque cuando algo va mal,
siempre culpan al que lucha cada día
(padre de jesus).
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario